Preguntas en el siglo XXI.

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domingo, 28 de junio de 2020

Dios, y el coronavirus

¿Por qué existe el mal?


Estamos ante el problema de mayor envergadura y el enigma mayor de la vida, junto con la muerte ¿Por qué existe el mal? ¿Puede ser Dios el causante del mal, si Él es El eternamente bueno, amoroso y poderoso?

¿Qué lectura podemos hacer del coronavirus desde el ser humano, desde el horizonte existencial e histórico y desde la visión de la fe? ¿Y Dios qué tiene que ver con este affaire del COVID 19? A los que preguntan ¿Dónde está Dios? 

Los creyentes han acudido a sus santos devotos para que los libre de los males. San Roque, se dedicaba a cuidar de los infectados de la peste, sanándoles, haciéndoles la señal de la Cruz, según la tradición.

¿Es verdad que Dios interviene? El Dios de Jesús “es clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad. El Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas” (Sal. 144). E insiste el salmista: “Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia”. Ya en el Antiguo Testamento, se decía “Si grita a mí, yo le escucharé, porque yo soy compasivo” (Ex. 22, 20).

Dios se hace presente a través de las posibilidades y libertades que ha puesto en las personas. Siempre respeta la libertad.



La Biblia enseña que Dios no es la causa del mal; también nos enseña que la fuente del mal y del dolor está en la libertad del ser humano. El pecado es el peor mal del mundo, el que hace más daño.

Es el mal moral. Pero hay dolor y sufrimiento que no tienen que ver con el pecado, sino que tienen que ver con el proceso evolutivo de la Creación.  ¿Es responsable Dios?
El poder de Dios, se revela al máximo en la impotencia de Jesús, que muere por nosotros y así vence la muerte. “Le trataron como a un leproso” (Is. 53, 4). La santidad y bondad de Dios se manifiesta en Cristo, que trata con publicanos, pecadores y prostitutas…
Ante una tragedia como el coronavirus o ante un tsunami, el creyente no puede menos de preguntarse: ¿Si Dios es poderoso y bueno, por qué no lo evita? Si no lo evita, no es bueno y todopoderoso.

¿O es que Dios no existe? Para el creyente la respuesta está en esperar y aceptar el mal como un misterio difícil de explicar. Ciertamente, no puede ser comprendido, pero si debemos combatirlo. Aquí está la clave de todo: luchar contra él.

Y podemos gritar como Jesús: Señor, Señor, ¿por qué me has abandonado? 
El Señor prometió que “no habrá más llanto, ni luto, ni muerte, ni dolor, porque todo se habrá pasado”. Y mientras tanto, el misterio continúa siendo misterio.

sábado, 27 de junio de 2020

Sobre el fin del mundo

Hay una posibilidad entre seis de que nos extingamos en este mismo siglo.

Hay cinco posibilidades entre seis de que sobrevivamos como especie”. ¿Tener un 80% de posibilidades de que sobreviva la civilización es realmente una buena noticia? Más bien es una llamada de atención para tomarnos en serio los riesgos que corremos y de los que, según este filósofo, no hablamos todo lo que deberíamos.

La mala noticia,es que nunca ha sido tan fácil como ahora que nos extingamos. La buena, que nunca nos hemos extinguido. “Europa sobrevivió en la Edad Media perdiendo del 25 al 50% de su población en la Peste Negra, lo que podría significar que para desencadenar el colapso de la civilización requeriría más del 50% de mortalidad en todas las regiones del mundo”. En lo que respecta a las pandemias naturales, los humanos llevamos decenas de miles de años sobreviviéndolas, por lo que no cree que “sean una amenaza para la extinción, aunque puedan ser muy devastadoras”.

“con el aumento de las comunicaciones globales y la superpoblación, las cosas pueden ponerse mucho peor en términos de pandemias que con el covid-19”. Pero más peligrosas que los virus zoonóticos como el SARS-CoV-2 le parecen las amenazas potenciales de grupos terroristas que diseñen armas biológicas, una tecnología que, a diferencia de las armas nucleares, cada vez es más accesible y difícil de rastrear.


los humanos nunca hemos tenido tanto poder para transformar el mundo ni una tecnología tan poderosa entre manos. “Igual que las armas biológicas, la inteligencia artificial puede suponer en los próximos 50 años riesgos nuevos que aún desconocemos.


no estamos creando nuevos escudos a la velocidad que generamos nuevas armas.La Inteligencia Artificial, igual que la energía nuclear, la podemos usar para algo bueno o para algo malo, pero el problema es que todavía no hay una conciencia pública sobre sus riesgos. Los físicos en los años cuarenta y cincuenta estaban preocupados por armas nucleares y en el siglo XX los gobiernos desarrollaron protocolos de seguridad, ahora deberíamos preocuparnos más por los riesgos de la IA y las armas biológicas”.

el covid-19 ha dejado claro lo vulnerables que somos a las amenazas globales, los gobiernos y la opinión pública seguimos sin tomarnos lo suficientemente en serio los riesgos catastróficos a los que, en mayor o menos medida, se enfrenta la humanidad.

Algunos de los problemas más grandes a los que enfrenta la humanidad no se están afrontando. 

Las especies de mamíferos generalmente sobreviven alrededor de un millón de años antes de extinguirse; el Homo erectus, sobrevivió durante casi dos millones.“Como solo tenemos unos 200.000 años de existencia, eso nos convierte en adolescentes”, dice Ord. 

“Pero los adolescentes no son buenos ordenando las prioridades. No ven más allá de dentro de un rato. Y en este momento la humanidad está actuando de forma tremendamente imprudente con el futuro, como un adolescente, pensando solo en nuestras próximas cinco horas de vida. Si queremos tener cientos de miles de años de futuro, tenemos que repensar las prioridades. Eso precisa cooperar mejor entre países y reconocer que tenemos un problema y necesitamos más sabiduría”.

Las amenazas son demasiado grandes y las soluciones individuales no van a evitar el problema, necesitamos invertir más en conocimiento para sobrevivir como especie”.
El problema no es tanto un exceso de tecnología como una falta de sabiduría.

Alejarnos del precipicio depende de las decisiones que tomemos ciudadanos y gobiernos. Además de invertir en prevención, no podemos  “elegir políticos que actúen como adolescentes sería un buen comienzo para garantizar el futuro de la humanidad. En otras épocas daba igual cómo de malos fueran los gobernantes, antes no tenían el poder de destruirlo todo. Y no podremos sobrevivir muchos siglos con el nivel de poder que estamos acumulando si no aumenta también la toma de conciencia del peligro. Estamos en un nivel insostenible de riesgo en manos de un grupo de adolescentes. Y los adolescentes no son buenos pensando en el largo plazo”.