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lunes, 23 de noviembre de 2020

N frío ni caliente. Entonces lo detesto



¿No hay intelectuales?. Los hay, pero  ¿dónde se esconden?

¿Dónde están los cristianos, empezando por la CEE?


No se ven porque no existen medios que los muestren.

¿No tiene la iglesia hoy templos en España, asistencia en colegios,  universidades, la Cope, TV 13, editoriales católicas, asociaciones, congregaciones, edificios etc,..? 


¿Se emplean todos esos recursos para denunciar la mentira y aportar luz y verdad?

¿Qué debates serios se pueden ver en la TV 13?. ¿Transmiten algo más que película tras película (y algunas de pésimo gusto) ?

¿Y en la radio COPE? ¿qué hay, qué aportan? hasta “mutilan” el Ángelus de las 12.


¿Es que no serían programas lucrativos?  Pero ¿se busca lo lucrativo o la formación de los oyentes y televidentes?

Y resulta que aún así son deficitarias económicamente.


¿Por qué no se emiten programas parecidos a aquel de la 2 “La clave” que moderaba José Luis Balbín? ¿Por qué no se hace programas parecidos?

Hay que tratar los temas con rigor y sin “pamplinas”, sin miedo.

Falta la valentía para decir la verdad. “Ni frío ni caliente”, 


“…Yo sé todo lo que haces. Sé que no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero como eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca…”

(Ap.3,15-16).


En la vida no se da indiferencia al amor o al odio. Por eso la tibieza (que parece ser indiferente) resulta tan despreciable. Es el odio disfrazado de amor. La tibieza, donde el alma no es “fría o caliente”, ni ama francamente ni odia francamente, es una situación en la que se pasa de la denuncia que compromete, es un olvidarse del prójimo con apariencia de que si se ama. Se pretende hacer visible una apariencia de amar al prójimo como a ti mismo, pero realidad es que no se quiere un complicar a vida. No se afrontan con rigor los problemas que afectan a la gente.

Los tibios, adoran a Dios, se alimentan de Él en la comunión. Pero viven en su tibieza, cómodamente. 

El Señor rechaza la mediocridad, y sin embargo gran parte de los que se llaman cristianos, viven y se mantienen en esa mediocridad. Los problemas les “rebalan”.

“…“El que no está conmigo, está contra mí; y el que conmigo no recoge, desparrama…”(Mt.12,30).

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