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lunes, 1 de febrero de 2021

Jesús la luz del mundo


Jesús de Nazaret, es la luz del mundo


En la tradición judía, se disponía que los padres llevaran a su primer hijo varón al Templo para consagrarlo al Señor.  El día en que María y Jesús lo hicieron un hombre anciano llamado Simeón, viendo el rostro del niño exclamó:

 

“He visto tu salvación, la que preparaste para toda la gente. 

Él es una luz para revelar a Dios a las naciones, ¡y es la gloria de tu pueblo Israel!”

Lc. 2, 30-32


(Lc.2,29-33) “Ahora, Señor, tu promesa está cumplida:

ya puedes dejar que tu siervo muera en paz .

30 Porque he visto la salvación

31 que has comenzado a realizar

ante los ojos de todas las naciones,

32 la luz que alumbrará a los paganos

y que será la honra de tu pueblo Israel.”


¡Deseamos que esa luz irradie intensamente en cada uno de nosotros!


Sal. 27,1 El Señor es mi luz y mi salvación,¿de quién tendré miedo?El Señor defiende mi vida,¿quién me atemorizará?


Sal. 119,105 “ Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino.Jesús. Yo soy la luz.

Moisés. “Yo soy” le dice Yahveh a Moisés.


Jesús la luz .

Quien anda en la luz anda en Dios. Andar en tinieblas es andar por la vida sin Dios Mucha gente no anda iluminada. A nadie le gusta caminar en la oscuridad. 

Ante la confusión, Jesús viene a poner luz y claridad El que está con El tendrá la luz de la vida. 

Nos invita a conocerle a conocer una vida distinta de lo que vemos en la sociedad. Sin sol no hay vida. Jesús es el sol de la vida. Sin Él todo es caos. Jesús vida nueva y vida abundante.


La luz revela la verdad y la verdad muchas veces no queremos verla, no queremos reconocerla, no queremos que otros la vean. 


La luz muchas veces revela nuestros celos, nuestra envidia, nuestras ambiciones, todas esas cosas que no son buenas. La frase: “ Yo soy la luz”, provoca escándalo. 


El Evangelio nos da luces cortas para vivir en esta tierra y nos dan luces largas para trascender esta vida más allá de la muerte.

 

1º Reconocer nuestros errores. Decir lo siento por haber vivido de espaldas a esta luz. 

2º Perdón, por haber disculpado esos errores, esas equivocaciones.

3º Gracias, por entrar en mi vida; por iluminarme y guiarme, gracias. 



El poder del mal

El hecho del poder del mal en el corazón humano y en la historia humana es innegable. La cuestión es: ¿Cómo se explica este mal? 


No hay dos principios, uno bueno y otro malo, sino que hay un solo principio: el Dios creador, y este principio es bueno, sin sombra de mal. 

El ser humano no es una mezcla de bien y de mal; el ser como tal es bueno y por eso es un bien existir, es un bien vivir. Sólo hay una fuente buena, el Creador. 


También se constata oscuridad (ausencia de luz). Es el mal. El mal no viene de la fuente del ser mismo, no es igualmente originario.

El mal viene de una libertad creada, de una libertad que abusa. 


¿Cómo ha sido posible, cómo ha sucedido?. El mal no es lógico. Sólo Dios y el bien son lógicos, son luz. El mal permanece misterioso. Podemos adivinar, no explicar; es un misterio de oscuridad, de noche.


Dios con su luz es más fuerte. Por eso, el mal puede ser superado. Por eso la criatura, el hombre, es curable;  no sólo se puede curar, de hecho está curado. Dios ha introducido la curación. Ha entrado personalmente en la historia. A la permanente fuente del mal ha opuesto una fuente de puro bien. Cristo crucificado y resucitado, opone al río sucio del mal un río de luz. Un río poderoso; este río está presente en la historia: son los santos.

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