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lunes, 21 de septiembre de 2020

Refkexión sobre el aborto

 

SOBRE EL ABORTO

    Ya en el 2009 el filósofo Julián Marías, discípulo de Ortega y autor de más de medio centenar de libros, no vacilaba en su condena enérgica sobre el aborto, al que considera «el máximo desprecio de la vida humana en toda la historia conocida». Y consideraba a la expresión “interrupción voluntaria del embarazo” como una expresión de refinada hipocresía. Los partidarios de la pena de muerte tienen resueltas sus dificultades. ¿Para qué hablar de tal pena, de tal muerte? La horca o el garrote pueden llamarse «interrupción de la respiración».

Cuando se provoca el aborto o se ahorca no se interrumpe el embarazo o la respiración; en ambos casos «se mata a alguien.Y, por supuesto, decía,  es una hipocresía más considerar que hay diferencia según en qué lugar del camino se encuentre el niño que viene, a qué distancia de semanas o meses de esa etapa de la vida que se llama nacimiento va a ser sorprendido por la muerte.

Cuando se dice que el feto es «parte» del cuerpo de la madre, se dice una insigne falsedad, porque no es parte: está «alojado» en ella, mejor aún, implantado en ella (en ella, y no meramente en su cuerpo). Una mujer dirá: «Estoy embarazada», nunca «mi cuerpo está embarazado»






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